Por Pilar González. Frida Kahlo fue sin dudas una de las artistas latinoamericanas de mayor renombre del siglo XX. Por lo tanto, la decisión de encarar un proyecto que cuente su tumultuosa vida –sobre todo, en clave de musical- conlleva una serie de ensayos, errores, condensaciones y reformulaciones que tienen que ver no solo con el género, sino también con una forma de contar que atraiga a ese público particular. Frida, entre lo absurdo y lo fugaz campea sin dificultad este desafío, y logra pincelar en menos de dos horas esa historia de dolor, amor, muerte e inspiración que significó la vida de la pintora mexicana.
La puesta es magnífica. En el teatro argentino actual, hablar del uso del multimedia significa colocar en el escenario una pantalla en donde se proyectan imágenes que muy pocas veces aportan a la secuencia dramática que se desarrolla sobre las tablas. Aquí, tres lienzos blancos sirven para que murales, retratos, paisajes y estados de ánimo transporten a los espectadores sin dificultad al universo de la artista. Unos pocos y funcionales muebles –entre ellos, la cama de Frida- son solo lo que los actores necesitan para motorizar cada uno de los cuadros. En contraste, llama la atención el esmero puesto en la variedad y profusión de vestuario: los más de 30 actores,desde los protagonistas hasta aquellos que colorean el fondo, cuentan con una cuidada producción que hace mella en la caracterización de época que requieren las escenas narradas.
Cabe destacar la composición de temas originales para este musical, que rescatan el folclore mexicano e incorporan sonidos latinoamericanos que crean climas de brillo u oscuridad dependiendo de la progresión dramática. En cuanto a las interpretaciones, Carla Liguori, Ariel Leyra, Marisa Provenzano y Manuel Feito componen un cuarteto admirable. Liguori encanta con su voz dulce y carismática, y encarna a una Frida con presencia y dispuesta a ser un modelo de femineidad para su época, mientras que Leyra sobresale en el papel del egoísta e infiel Diego Rivera, enamorado sin embargo hasta la médula de su mujer. Provenzano y Feito se complementan como los padres de Frida, logrando cuadros verdaderamente conmovedores, en especial cuando entra en acción la soprano. Por último, un ensamble musical de niñas-calavera le aporta un toque de misticismo onírico al desarrollo de la obra, presagiando las tormentas que sacudieron la vida de la artista.
Frida, entre lo absurdo y lo fugaz hace bien los deberes y reúne-de manera acertada-a todos los elementos clásicosdel género bajo el paraguas de una historia de vida más que atractiva.
Ficha técnica:
Frida, entre lo absurdo y lo fugaz
Guión y Letras: Carla Liguori- Javier Raffa
Música: Carla Liguori – Agustín Konsol
Dirección General: Carla Liguori
Dirección de Actores: Fernando Devito
Arreglos corales: Gabriel Giangrante
Preparación vocal: Maia Barrios
Dirección de arte: Mariano Pauplys
Coreografías: Nadia Saval
Diseño de Luces: Magdalena BerrettaMiguez
Fotografía: Gonzalo GuerechitRatti
Elenco: Carla Liguori, Ariel Leyra, Marisa Provenzano, Manuel Feito, Candela Cibrián, Diana Amarilla, Carolina Díaz Codeso, Javier Belay, Pilar Mior, José Luis Marinelli, Sabrina Artaza, Eugenia Encina, Carlos Miceli, Pamela Tello, Eduardo M. Blanco, Pato Chaneton y Juan Otero Ramos.
Ensamble: Ma. Laura Moltoni, Ma. Belén Matoso, Sabrina Sequeira, Tamara Kovalchuk, Lucía Gerpe, Micaela Dinolfo, Christian Romano, Ricardo Sabbatini, Nicolás Leguizamón, Gracian Quiroga, Patricio Díaz, José Nualart, José Miguel Rodríguez, Carolina Martínez, Agustina Sol Brischetto, DaryaShara, Agustina Asteriti, Camila Gómez, Annelise Di Santo, Melina Peregal, Leandro Suárez y Aldana Queirolo.