Corría el año
2008 cuando me topé con American IV: The
Man Comes Around, editado en 2002. El disco contiene algunas versiones de
canciones originales de Cash, pero está mayormente compuesto por versiones de
temas originales de la década de 1960, 1970 y 1990. Lo que más me sorprendió
fue que cuando escuché Personal Jesus,
pensé que Depeche Mode hacía un cover de Johnny Cash. Ahí comprendí lo que me
pasaba con Johnny Cash en esta última etapa de su carrera. El Hombre de Negro
no hace versiones, sino que se adueña de las canciones. Lo mismo sucede con Bridge Over Troubled Waters de Simon
& Garfunkel, In My Life de los
Beatles, Desperado de los Eagles y
quizás el cover más significativo de todos, Hurt
de Nine Inch Nails, que sirve de redención. Por algo habrá sido que Trent
Reznor dijo que ese tema no le pertenecía más y dejó de tocarla en vivo después
de escuchar la versión de Johnny Cash: el Hombre de Negro se la apropió.
Según palabras
de JR (como solían apodarlo a Cash en su niñez), tuvo la suerte suficiente como
para volver a ser el número uno. Y no era para menos. La discografía con
American Recordings le dieron al músico un renacimiento que también sirvió como
redención, una manera de ir poniendo fin a una carrera sin caer en clichés y
sin vivir del pasado. Lo demuestran las versiones de Rusty Cage de Soundgarden, One
de U2, Hung My Head de Sting o el
antes ya mencionado, Hurt de Nine
Inch Nails. Como dicen los últimos versos de Hurt: “Si pudiera comenzar de
nuevo a un millón de millas de aquí, me cuidaría más, encontraría la manera de
hacerlo.” Y Johnny Cash lo hizo.
