viernes, 7 de marzo de 2014

True Detective: Sobre mi verdad y los Oscar´s (Por Nino Martínez)

 Qué me has hecho Matthew... el Lobo era yo.

- La justicia es la verdad, y yo, soy la verdad.

¡Qué mala suerte para Di Caprio!, encontrarse con la figura alargada y omnipresente del texano de moda en Hollywood.
 Casi 25 años después de la aparición del cadáver televisivo más impactante del siglo pasado, ahora en 2014 dos Detectives de la Verdad, se han encargado de un nuevo caso que emociona a todos los espectadores (y la mayoría de cinéfilos por su factura y grandes diálogos). Cada vez que suenan los compases de la cabecera de la serie True Detective, sabemos que nos sumergimos en la oscuridad con un vaso de bourbon y discos de blues-rock en la cuidada atmósfera.

 Antes, sería el compositor Angelo Badalamenti el responsable de sumergirnos en una investigación onírica-épica, cambiando las montañas ficticias y su misticismo electrónico, por los acordes moteros de la Louisiana más salvaje.
Hoy los Oscar´s han decidido decantarse por la banda sonora que por otra parte era  innecesaria. El vacío del espacio no requería de compases, bastaba con el silencio y la respiración. En cuanto a la mejor canción se decanta por Let it go, facturada y embalada con dulces de Disney.
 David Lynch plasmó la investigación surreal en manos de un actor de la época, meritorio en otros largometrajes del director y emergiendo como estrella televisiva Kyle MacLachlan. Su personaje era observador y paciente con un pasado difuso; al igual le pasa a Rust Cohle el detective de las miradas y la mente divagante entre la metafísica y la antropología, por este y algunos más papeles en la gran pantalla. El cowboy drogadicto de Dallas Buyers Club, Matthew McConaughey se lleva la dorada estatuilla, junto a su hermano caracterizado de enferma terminal Jared Leto,  vencedores junto a Cate Blanchett vestida anoche para ganar y Lupita Nyong’o estrella emergente de 12 Años de Esclavitud.
 Por otro lado, comentar que la gala presentada por Ellen DeGeneres (no culpable del descalabro) truncó las expectativas de emoción y distracción del televidente, con un ritmo y guion bastante deslucidos. Y un In Memoriam, que nos dejó lastrados por la irrepetible personalidad de los fallecidos este año. Una pena de emoción, para las interesantes películas que competían este año. Quizás un polifacético Woody Harrelson hubiera sido un emblemático  y “verdadero” salto de calidad.
 Volviendo a True Detective es posible que su impacto en nuestra generación, se distancie por la diferencia de visión de los tiempos que vivimos, y la enorme distribución televisiva del anterior Twin Peaks. También el nombre de Cary Fukunaga con dos buenos trabajos en la pantalla grande, no es tan reconocido como Lynch, pero promete grandes experiencias con su visión cinematográfica. Fotografía y montaje que funcionan como un guante para el asesinato y sus historias comprometidas con la injusticia social.

 La pareja conformada por McConaughey y Harrelson será un referente para los fanáticos del thriller, la comedia negra y el peligroso realismo. Con Leo DiCaprio un sonoro golpe de pecho y reverencias hacia el oportunismo y la exageración, con Jared Leto una amistad al borde de la muerte. Por tanto, Dallas Buyers Club del canadiense Jean-Marc Vallée se distingue también como vencedora, desde Quebec ya ha dado muestras de enorme talento para la dirección con C.R.A.Z.Y. o La Reina Victoria.
 El guionista y creador de True Detective,  Nic Pizzolatto se ha encargado de crear una colección de personajes que amplifican las imágenes de la serie con sus discursos inteligentes y oscuros. Violencia y dosis de relaciones personales entre ellos, son la pirámide de los sueños para atrapar al gran malvado Yellow King. Bifurcaciones de personalidades y coqueteo con las adicciones, tanto sexuales como narcóticas. En este apartado, celebrar el excelente guion original del Spike Jonze con su película Her, y el más acomodadamente adaptado con el gusto de la Academia de 12 Años de Esclavitud.
 Pero… con la Iglesia hemos topado. Mucho público joven se ha identificado con los últimos registros de Matthew McConaughey, casi convenciéndoles (yo incluido) de que la verdad era lo que se representaba. Su principal agradecimiento al recoger el Oscar fue hacia sus padres y a… Dios. Si ha llegado a convencer a discípulos cinéfilos de otras ideologías, eso quiere decir, lo gran actor en que se ha convertido. Gracias Matthew, aunque no compartamos creencias, al menos te acordaste también de los soñadores.
 Por último, True Detective es todo lo contrario a la 86 edición de los Oscars de Hollywood, enigma, pasión y divertimento extremo. La próxima ganadora de los principales Emmy Award sin discusión. Regocija adentrarse en el mundo creado por Pizzolatto, de la mano de actores en grado de excelencia, una factura cinematográfica colosal y seguidores que se multiplican como la nieve en Nebraska. Título de otra de las tristes películas perdedoras de la noche, por su historia llena de humanismo cualitativo.
 El espectáculo debe esperar a próximos premios, algunos cantados u otros sorpresivos, Matthew se va con Oscar y con Dios; mientras que Leo tendrá que esperar a no cruzarse en el camino con el vaquero de moda. El caso es la introspección interior, la formación de los gustos personales y… recordar que todos interpretamos algún papel en la vida. Como los detectives verdaderos.
 Tal vez, el mejor personaje animado desde hace años y oscarizado, Olaf desde su verano nos hubiera hecho más divertida la pasada gala. Si el Sol se lo permitiese, claro.
En síntesis: True Detective (Excelente) 10  86 Edición de los Oscars (Aburrida) 0
Por Nino Martínez de Cinecomio