Cuando decidí volver a la actividad en este blog, uno de los primeros en contactarse fue un amigo de la casa quien ha aparecido en este espacio en más de una ocasión. El motivo, claro, fue compartir su material pero la charla bordeó una temática inevitable que nos afecta a una gran mayoría: la coyuntura local. En criollo, la crisis. Le contaba sobre la cantidad de páginas web (algunas aliadas en su momento, con quienes nos compartíamos data de bandas y recitales) que ya no existen más por una razón u otra. Este músico amigo me comentaba que era difícil encontrar sitios para difusión y que "como muchos medios son a pulmón y estamos prendidos fuego se complica más". Esta dificultad se está viendo no sólo en los músicos, en los sitios de difusión independiente sino también en los lugares para salir a mostrar su arte, en el ánimo del público y en quienes quieren seguir empujando en la escena artística local. Hace un par de años era muy común que lleguen mails de estudiantes de periodismo o periodistas en ejercicio para colaborar en la página sin recibir nada a cambio ya que lo hacían ya sea por amor al arte o poner en práctica su vocación. Pero la debacle se fue agudizando de a poco. Por cuestiones personales ya no pude publicar con tanta regularidad, las bandas muchas fueron desapareciendo, quienes colaboraban ya no tenían ni el tiempo ni el ánimo para escribir por placer...Un círculo vicioso y angustiante que parece no detenerse. No quiero profesar un falso positivismo o un fatalismo trágico, pero me veía con la necesidad de poner en palabras cómo veo la realidad. Es cierto también que se resiste, que se intenta no dar el brazo a torcer, que la escena independiente se ve afectada pero no por nada está muerta y que el arte es ese refugio que no podemos dejar que nos expropien. Desde este lado, sólo queda resistir...