Exquisito hasta la extravagancia, refinado y snob, su obra literaria conserva aún hoy la extrema elegancia y la distinción aristocrática que fueron sello más relevante de su autor. Admirado e imitado hasta el delirio por la sociedad de su época, atravesó también la humillación profunda de la cárcel y la acusación pública. El padre de su amigo Alfred Douglas denunció ante la justicia inglesa las relaciones que el gran dramaturgo mantenía con su hijo: el escándalo y la moral aún victoriana hicieron el resto. Wilde fue a la cárcel, desde donde escribió dos de sus textos más patéticos: La Balada de la Cárcel de Reading; y La Tragedia de Mi Vida(Carta a Alfred Douglas).
“Tan intensa es la vida en esta mansión de dolor que, mi amistad contigo, en la forma en que me es dable evocarla, me da la impresión de un preludio concorde con los distintos estados de terror, por los cuales debo pasar, día tras día”…
“El Odio en tí siempre fue más fuerte que el Amor… No se te dio por pensar que no cabían, al mismo tiempo, en una misma alma, ambas pasiones. Que no pueden hacer vida en común en la bonita morada para ellas construida. Se alimenta el Amor de la imaginación merced a la cual rebasa nuestra razón a nuestra sabiduría, a nuestra bondad, a nuestro sentimiento, a nuestra nobleza, a nuestra propia vida; la imaginación, merced a la cual podemos abarcar la existencia en su conjunto; la imaginación, gracias a al cual nos es dable comprender a los otros en sus relaciones reales e ideales. Sólo puede nutrirse el Amor con lo Bello, y con lo que ha sido ideado en la Belleza. Todo, en cambio, nutre al Odio. … Ciega el Odio a los seres humanos… Tal como corroe el líquen las raíces de las plantas sin savia, del mismo modo te ha corroído a tí el Odio, hasta conducirte, de una manera paulatina, a no ver más que tus mezquinos intereses y los más pobres fines”…
“Pasé por todas las formas posibles de padecimiento, y mejor que Wordsworth sabría yo expresar lo que pretendió él en sus versos: “Siempre es lúgubre y triste el Sufrimiento, porque de lo Infinito posee el carácter”.
“La Dicha, la Existencia Placentera y el Triunfo, pueden tener un exterior áspero y una esencia vil; el Dolor es lo más sensible que existe en el mundo. No hay nada en el mundo espiritual a que el Dolor no consiga alcanzar, con su pulsación sutilísima y pavorosa”…
“Cuando dije, en mis aforismos que únicamente los pies de barro conceden valor al oro de la estatua, en tí estaba pensando. Pero, no creaste tú estatua alguna de oro con pies de barro. Ante mí has ido modelando tu imagen toda con el vil polvo del camino… De manera que, por mucho que desease yo íntimamente otra cosa, no sería posible que sintiese por tí más que desdén y menosprecio”.
“El Arte para mí fue una Realidad Superior; y una forma de Ficción, la Vida”.
“Con Gauthier, he sido uno de aquéllos para quienes el mundo visible existe… Pero sé que detrás de todas esas bellezas, por sugestivas que sean, escondido hay un espíritu del cual brotan las formas, y las figuras sólo son un reflejo, y es con este espíritu que deseo yo fundirme… Denominamos nosotros Utilitaria una época en la cual, nada sabemos aprovechar. Nos olvidamos de que sirve el agua para lavar las manchas, para purificar el fuego, y que es la tierra nuestra Madre Común. Y es por esto nuestro Arte un “Arte Lunar”, que juega con sombras; en tanto era el Sol el Arte Griego, y directamente se dirigía a las cosas. Persuadido estoy de que tienen los elementos un poder de purificación, y deseo retornar a ellos y vivir con ellos”…
Fuente Post: Wilde, Oscar. La Tragedia de mi Vida. (Carta a Lord Alfred Douglas). Buenos Aires. Centro Editor de América Latina, 1977.-