viernes, 12 de agosto de 2011

With the face on the book

Cansado de todo, la madrugada del 4 de Agosto decidí cerrar el Facebook y desinstalar el MSN. Fue una manera de decir ‘basta para mí, basta para todos’. De todas formas, mi entorno sabría cómo encontrarme. Siendo el Siglo XXI aún existen alternativas como el celular, el mail e incluso el formato ‘correo’. No obstante, al día siguiente comencé a recibir mensajes como ‘¿Qué te pasó que has cerrado el Facebook?’, ‘abrilo de nuevo’, entre otros. Permanecí en mi posición de no abrirlo pero me dio curiosidad en cuán vulnerable puede ser mi existencia en el mundo terrenal en la era de las nuevas tecnologías. En menos de 24 hs dejé de existir no sólo para el mundo virtual sino también para mis amigos. Cuán dependientes estamos de la tecnología que por dejar de ser parte de una página web, parte de mi existencia desaparece. Ahora ¿por qué lo cerré? Primero porque pienso que mi existencia no se limita a dicha página web. Segundo, hay formas alternativas para comunicarse y, últimamente, veía mucha superficialidad e incomunicación en dicha red social. Mi alma no se enriquecería por ver una notificación. Tercero (y último), porque creo que era una forma de salir de aquel agujero interior. La siguiente pregunta sería por qué cerré el MSN. Simplemente porque creo que el hecho de que todos vivan conectados todo el día, logra que se devalúen las conversaciones, que sean banales y sin sentido. Lo desinstalé para conectarme esporádicamente y sentir el placer de hablar con esa persona tras un lapso. Se valora más y la charla cobra otro sentido.
Mi proceder está muy lejos de lo antisocial. Al contrario, me parece más antisocial estar conectado todo el tiempo sin hablar. O también (y poco ético quizás), tener de amigos a gente con la cual nunca has cruzado una palabra…o la cual no quisieras toparte nunca más. Eso es antisocial para mí. Como conclusión, luego de haberme desconectado de dicha red social (no aislado ya que tengo mi cuenta de Gmail o E-buddy), me siento más tranquilo e inclusive mi nivel de atención y creación han mejorado en pocos días. Después de todo, si me quieren encontrar saben dónde estoy. Para dar un cierre, el nivel de concentración fue tal que aprobé un examen final.





Escrito por Claudio Gómez