Y acá me encuentro nuevamente evadiendo la rutina. Viendo a la gran ciudad despertar desde otro lado. Me refugio acá donde soy un desconocido y tengo la seguridad de que nadie me va a encontrar. Es llamativo encontrar un lugar pacífico que está a dos pasos del caos. Siento el suelo vibrar debajo de mi. Allá abajo cientos de personas van hacia su destino circular. Mientras tanto, yo permanezco acá sentado, evadiendo todo. O no. Soy consciente aún. ¿Qué hago acá? O mejor dicho ¿Qué es lo que decide mis movimientos? ¿Por qué haber venido acá y no haber ido allá? Siento que está todo premeditado, que soy parte de algún extraño guión. A veces no soy el director y eso me preocupa. Quisiera detenerlo todo. Al menos por un instante. Pierdo y gano todo el tiempo. Es tan rápido que ni me doy cuenta. Es una balanza en permanente cambio, es luchar todos los días para que esté estable. Motivarse y desmotivarse en un segundo. Mucha adrenalina permanentemente, incluso aún cuando pensás que todo es llano y monótono.
La gente me mira en forma extraña. Se deben preguntar qué hago acá cuando se supone que debo estar cumpliendo con mi deber. Lo más irónico es el cartel que se encuentra en la pared opuesta a mí. En él está escrito ‘Bad time, good face’, algo así como ‘al mal tiempo buena cara’. Mensaje subliminal o no, no lo sé. Pareciera que en este momento me está hablando a mí. Como para sentirse paranoico por un rato. Quiero seguir escribiendo pero no puedo. Ya está. Tiempo perdido. Creo.
"Mientras tanto, yo permanezco acá sentado, evadiendo todo" |