lunes, 18 de febrero de 2013

Estreno: "Mala" de I.A.Caetano (Por Juan E. Tranier)


Sería muy fácil usar el título de la película como adjetivo calificativo de la misma, así que, para salirnos de los lugares comunes, intentaremos ver que es lo que hace a Mala (2013) un film tan flojo.
Lo primero que voy a hacer es abandonar el tono neutro que utilicé en las ultimas reseñas y hacerme cargo de que lo que lo que se leerá a continuación es absolutamente subjetivo y personal (siempre lo es, pero al no utilizar la primera persona pareciera que lo que se dice es una verdad irrefutable): Israel AdriánCaetano (IAC a partir de ahora) es uno de los directores nacionales que más interés me despiertan, sus películas son imperfectas, desprolijas y urgentes, pero están vivas, son enérgicas y transmiten pasión. Cada nuevo estreno de IAC, tanto en cine como en televisión, me provoca mucha excitación y ansiedad; quiero ver cada plano nuevo, cada nueva escena híper adrenalínica, cada nuevo personaje obsesivo, histérico y desesperado nos presentará. La primer película de él que vi fue Un Oso Rojo (2002): al salir de la función no podía creer lo que había visto, era una especie de western del conurbano profundo, suscribiendo a todas las reglas del género, pero dentro  de un universo nuevo y personal (¡las calles de tierra, el héroe solitario, el duelo final!). Inmediatamente corrí  a ver Bolivia (2001) y La Expresión del Deseo (1998), este último, mediometraje soberbio. Años antes, IAC había co-dirigido Pizza , Birra, Faso (1997) junto a Bruno Stagnaro, en ese momento esto yo no lo sabía y cuando se estrenó Okupas (2001) en televisión asumí que la película era de Stagnaro. Con esto quiero decir que claramente se podía ver una marca autoral y de género en IAC, ideas concisas y potentes, escena muy planificadas y con un dinamismo en el montaje interno y de edición pocas veces visto en el cine nacional. Luego de esto atravesó un breve derrotero que lo llevo transitar algunos cortos, mediometrajes, telefilms y series para tv por encargo que quizás no fueron tan felices (Tumberos [2002], Disputas [2003], Sexo Seguro [2007], entre otros) pero que eran abiertamente experimentales desde lo formal y tenían un gran atractivo que la chatura que la tv no suele ofrecer. Su siguiente y esperadísimo film fue Crónica de una Fuga  (2006), relato sobre la detención, cautiverio, tortura y escape del jugador de fútbol Claudio Tamburrini del centro de detención clandestino conocido como La Mansión Seré. Lo novedoso del enfoque de IAC en esta oportunidad era que para contar esta historia se paraba, de nuevo, con una pata en el género, en este caso, el cine de terror. La mansión y los torturadores eran representados como una casa embrujada y diabólica y como unos asesinos sádicos y espantosos, respectivamente (los planos en picado y contrapicado, la iluminación debajo de las puertas, los planos exteriores de la casa).
En el 2010 llegó Francia, una historia chiquita y personal, de cámara, con pocos personajes y en locaciones reales, ya abandonando la temática social, los coqueteos con el cine de género y abordando su propia historia personal (la separación de un matrimonio vista desde la perspectiva de su hija).
Y, finalmente, llegamos a Mala (2013). Una vez más, algunas más, otras menos, el cine de IAC siempre me gustó: no son obras maestras ni películas perfectas pero son vibrantes y no toman al espectador como un sujeto pasivo. Pero, algo ocurrió con Mala, una falla en el sistema que IAC había ideado, un error de cálculo, una mala movida, no sé bien como definirlo, pero voy a intentar explicarlo.
Rosario es una sicaria que mata hombres que maltratan a las mujeres; golpeadores, abusadores. Rosario es atrapada por la policía al comienzo de la película y liberada por un extraño personaje discapacitado y en silla de ruedas interpretado por Ana Celentano. Rosario recibe el encargo de hacer sufrir a cierto hombre que lastimó al personaje de Celentano en el pasado. Rosario empieza a descubrir que las cosas no son lo que parecen y que las definiciones de víctima y victimario pueden seralgo laxas.
Primer problema, Rosario es interpretada por cuatro actrices diferentes: Liz Solari, Brenda Gandini, María Duplaá y Florencia Raggi, esta última como eje al que siempre se vuelve. No es necesariamente malo que varios actores interpreten al mismo personaje, pero ese mecanismo tiene que estar justificado de alguna manera (como sucedía en El Imaginario del Dr. Parnassus [The Imaginarium of Doctor Parnassus, 2009] de Terry Gilliam, donde Heath Ledger era reinterpretado por Johnny Depp, Colin Farrell y Judd Law), aquí parece ser caprichoso y no responde a ninguna pauta narrativa o a la lógica interna del argumento.
Segundo problema, a las escenas de acción les falta ritmo, dinámica, hay errores groseros de continuidad y no tienen el nervio suficiente para tensar o hacer sentir que a Rosario le pueda llegar a pasar algo.
Tercer problema, la música incidental creada por Sebastian Escofet (a quien admiro profundamente y que recomiendo fervientemente todos sus discos) es paupérrima, sin vuelo y siempre igual, sin jamás destacar ningún momento o sin abandonar la misma idea desde que comienza hasta que termina la película, generando más un zumbido molesto que otra cosa.
Cuarto problema, el casting, ninguna de las actrices, a excepción de Florencia Raggi es creíble, Rafael Ferro parece estar en piloto automático, Arturo Goetz no pronuncia una sola palabra y todos los extras parecen ser decorado o utilería, sin mencionar a Juana Viale, que no parece alcanzar el registro que su personaje pedía.
Quinto problema, y probablemente el más grave, el argumento, es inverosímil y hace aguas por todos lados: sin este apoyo fundamental es lógico que todos los puntos que mencioné anteriormente no funcionaran. IAC parece que tiene una buena idea entre manos pero no logra remontarla, intenta combinar el policial con el melodrama pero la trama se vuelve tan enrevesada y con tan poco sentido del humor que uno no termina de meterse en la película. Hay guiños cinéfilos (los planos y la escena del Torino rojo son un homenaje a Christine [1983] la gran película de John Carpenter; la escena final y El Mundo Según Garp [The World According toGarp, 1982, George roy Hill]) que no alcanzan a tapar el malestar que uno siente al ver esta película.
Lo repito de vuelta, IAC es, junto a Lisandro Alonso, Lucrecia Martel, Pablo Tapero, Fabian Bielinski y algunos más, de mis directores nacionales favoritos y siempre espero cada nuevo film de él con mucha expectativa, espero que este sea un paso en falso y vuelva a recuperar la forma para su próximo proyecto; ahí estaré yo, en primera fila para aplaudirlo.

Por Juan E.Tranier



Ficha técnica:


Mala, 93’, ARG, La Expresión del Deseo / Magma Cine
Dirección: IsraealAdrianCaetano
Guión: Israel AdrianCaetano, Bruno Hernández, Luciana Piantanida
Producción: Aníbal Esmoris, Vérane Frédiani, Juan Pablo Gugliotta, Diego Ledesma, Franck Ribière, Tomas Scillama, Ana Laura Urriza, Natalia Videla Peña
Fotografía: Diego Poleri
Montaje: Mario Sandoval
Música: Sebastián Escofet
Reparto: Florencia Raggi, Liz Solari, Brenda Gandini, MariaDuplaá, Rafael Ferro, Ana Celentano,  Juana Viale, Arturo Goetz 
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