Sería muy fácil usar el título
de la película como adjetivo calificativo de la misma, así que, para salirnos
de los lugares comunes, intentaremos ver que es lo que hace a Mala (2013) un film tan flojo.
Lo primero que voy a hacer es
abandonar el tono neutro que utilicé en las ultimas reseñas y hacerme cargo de
que lo que lo que se leerá a continuación es absolutamente subjetivo y personal
(siempre lo es, pero al no utilizar la primera persona pareciera que lo que se
dice es una verdad irrefutable): Israel AdriánCaetano (IAC a partir de ahora)
es uno de los directores nacionales que más interés me despiertan, sus
películas son imperfectas, desprolijas y urgentes, pero están vivas, son
enérgicas y transmiten pasión. Cada nuevo estreno de IAC, tanto en cine como en
televisión, me provoca mucha excitación y ansiedad; quiero ver cada plano
nuevo, cada nueva escena híper adrenalínica, cada nuevo personaje obsesivo,
histérico y desesperado nos presentará. La primer película de él que vi fue Un Oso Rojo (2002): al salir de la
función no podía creer lo que había visto, era una especie de western del
conurbano profundo, suscribiendo a todas las reglas del género, pero
dentro de un universo nuevo y personal
(¡las calles de tierra, el héroe solitario, el duelo final!). Inmediatamente corrí a ver Bolivia
(2001) y La Expresión del Deseo
(1998), este último, mediometraje soberbio. Años antes, IAC había co-dirigido Pizza , Birra, Faso (1997) junto a Bruno
Stagnaro, en ese momento esto yo no lo sabía y cuando se estrenó Okupas (2001) en televisión asumí que la
película era de Stagnaro. Con esto quiero decir que claramente se podía ver una
marca autoral y de género en IAC, ideas concisas y potentes, escena muy
planificadas y con un dinamismo en el montaje interno y de edición pocas veces
visto en el cine nacional. Luego de esto atravesó un breve derrotero que lo
llevo transitar algunos cortos, mediometrajes, telefilms y series para tv por
encargo que quizás no fueron tan felices (Tumberos
[2002], Disputas [2003], Sexo Seguro [2007], entre otros) pero
que eran abiertamente experimentales desde lo formal y tenían un gran atractivo
que la chatura que la tv no suele ofrecer. Su siguiente y esperadísimo film fue
Crónica de una Fuga (2006), relato sobre la detención,
cautiverio, tortura y escape del jugador de fútbol Claudio Tamburrini del centro
de detención clandestino conocido como La Mansión Seré. Lo novedoso del enfoque
de IAC en esta oportunidad era que para contar esta historia se paraba, de
nuevo, con una pata en el género, en este caso, el cine de terror. La mansión y
los torturadores eran representados como una casa embrujada y diabólica y como
unos asesinos sádicos y espantosos, respectivamente (los planos en picado y
contrapicado, la iluminación debajo de las puertas, los planos exteriores de la
casa).
En el 2010 llegó Francia, una historia chiquita y
personal, de cámara, con pocos personajes y en locaciones reales, ya
abandonando la temática social, los coqueteos con el cine de género y abordando
su propia historia personal (la separación de un matrimonio vista desde la
perspectiva de su hija).
Y, finalmente, llegamos a Mala (2013). Una vez más, algunas más,
otras menos, el cine de IAC siempre me gustó: no son obras maestras ni películas
perfectas pero son vibrantes y no toman al espectador como un sujeto pasivo.
Pero, algo ocurrió con Mala, una
falla en el sistema que IAC había ideado, un error de cálculo, una mala movida,
no sé bien como definirlo, pero voy a intentar explicarlo.
Rosario es una sicaria que
mata hombres que maltratan a las mujeres; golpeadores, abusadores. Rosario es
atrapada por la policía al comienzo de la película y liberada por un extraño
personaje discapacitado y en silla de ruedas interpretado por Ana Celentano.
Rosario recibe el encargo de hacer sufrir a cierto hombre que lastimó al
personaje de Celentano en el pasado. Rosario empieza a descubrir que las cosas
no son lo que parecen y que las definiciones de víctima y victimario pueden seralgo
laxas.
Primer problema, Rosario es
interpretada por cuatro actrices diferentes: Liz Solari, Brenda Gandini, María
Duplaá y Florencia Raggi, esta última como eje al que siempre se vuelve. No es
necesariamente malo que varios actores interpreten al mismo personaje, pero ese
mecanismo tiene que estar justificado de alguna manera (como sucedía en El Imaginario del Dr. Parnassus [The Imaginarium of Doctor Parnassus, 2009] de Terry
Gilliam, donde Heath Ledger era reinterpretado por Johnny Depp, Colin Farrell y
Judd Law), aquí parece ser caprichoso y no responde a ninguna pauta narrativa o
a la lógica interna del argumento.
Segundo problema, a las escenas de acción les falta
ritmo, dinámica, hay errores groseros de continuidad y no tienen el nervio
suficiente para tensar o hacer sentir que a Rosario le pueda llegar a pasar
algo.
Tercer problema, la música incidental creada por
Sebastian Escofet (a quien admiro profundamente y que recomiendo fervientemente
todos sus discos) es paupérrima, sin vuelo y siempre igual, sin jamás destacar
ningún momento o sin abandonar la misma idea desde que comienza hasta que
termina la película, generando más un zumbido molesto que otra cosa.
Cuarto problema, el casting, ninguna de las
actrices, a excepción de Florencia Raggi es creíble, Rafael Ferro parece estar
en piloto automático, Arturo Goetz no pronuncia una sola palabra y todos los
extras parecen ser decorado o utilería, sin mencionar a Juana Viale, que no
parece alcanzar el registro que su personaje pedía.
Quinto problema, y probablemente el más grave, el
argumento, es inverosímil y hace aguas por todos lados: sin este apoyo
fundamental es lógico que todos los puntos que mencioné anteriormente no
funcionaran. IAC parece que tiene una buena idea entre manos pero no logra
remontarla, intenta combinar el policial con el melodrama pero la trama se
vuelve tan enrevesada y con tan poco sentido del humor que uno no termina de
meterse en la película. Hay guiños cinéfilos (los planos y la escena del Torino
rojo son un homenaje a Christine [1983] la gran película de John
Carpenter; la escena final y El Mundo Según Garp [The World According toGarp,
1982, George roy Hill]) que no alcanzan a tapar el malestar que uno siente al
ver esta película.
Lo repito de vuelta, IAC es, junto a Lisandro Alonso, Lucrecia Martel, Pablo Tapero, Fabian Bielinski y algunos más,
de mis directores nacionales favoritos y siempre espero cada nuevo film de él
con mucha expectativa, espero que este sea un paso en falso y vuelva a
recuperar la forma para su próximo proyecto; ahí estaré yo, en primera fila
para aplaudirlo.
Por Juan E.Tranier
Ficha técnica:
Mala, 93’,
ARG, La Expresión del Deseo / Magma Cine
Dirección:
IsraealAdrianCaetano
Guión: Israel AdrianCaetano, Bruno Hernández, Luciana Piantanida
Producción:Aníbal Esmoris, Vérane Frédiani, Juan Pablo Gugliotta, Diego Ledesma, Franck Ribière, Tomas Scillama, Ana Laura Urriza, Natalia Videla Peña
Fotografía:
Diego Poleri Montaje:
Mario Sandoval
Música: Sebastián Escofet
Reparto:
Florencia Raggi, Liz Solari, Brenda Gandini, MariaDuplaá, Rafael Ferro, Ana
Celentano, Juana Viale, Arturo Goetz
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