Para nuestra sección de 'El recomendado del viernes' contamos con la colaboración de Juan E. Tranier quien se encargará de la columna dedicada al cine. En esta oportunidad, nos trae una reseña y crítica de la nueva película de Quentin Tarantino, Django sin cadenas. A continuación, más sobre este gran estreno...
Finalmente sucedió lo
inevitable y Quentin Tarantino (de ahora en adelante, QT) filmó su propio
spaghetti-western, género con el que viene coqueteando desde su primera
película, Perros de la Calle (ReservoirDogs, 1992). Los códigos del
género no le son ajenos ya que en todas sus películas homenajea, plagia o cita,
de forma más o menos explícita aquellos filmes en planos, escenas o el uso o
resignificación de las bandas sonoras (el enorme Ennio Morricone siempre presente).
Todo apropiado, devorado y regurgitado por la bestia pop tarantinesca.
Vale aclarar que Django Sin Cadenas (Django Unchained, 2012) viene a sumarse
a una larga y no tan ilustre tradición de películas cuyo protagonista es el
cowboy solitario y errante que busca redimirse o vengarse. La primera entrega
de esta saga es Django (19966) de
Sergio Corbucci, no tan recordado como el gran Sergio Leone, y que tiene a
Franco Nero en el rol estelar (dicho sea de paso, el actor italiano hace un
breve cameo en el film); el éxito de este film hizo que posteriormente se
filmaran ¡31 películas! que llevaron el nombre Django en su título y que solo
tienen a Franco Nero de nuevo en su papel clásico en Django 2: Il Gran Ritorno(1987, Django2:
El Retorno de un Héroe). Como dato curioso, en el 2007, el director japonés
TakashiMiike realizó Sukiyaki
WesternDjango que lo tiene al mismísimo QT interpretando a una especie de
narrador que da pie a una nueva aventura de un nuevo Django.
La nueva película
de QT venía precedida por las controversias que se generaron debido a su
supuestamente contenido híper violento y las implicancias que tiene la
violencia ficticia en la violencia real, y las posibles conexiones que podrían
llegar a tener las diferentes disciplinas artísticas que hagan uso de la
violencia con los terribles acontecimientos que ocurrieron en Connecticut y
Colorado, USA, lo que motivó el retraso de su estreno internacional. También se
sumaron a la discusión las declaraciones que hizo el director Spike Lee acerca
de la película: “Lo único que voy a decir es que es una falta de respeto a mis
antepasados.La esclavitud en Estados Unidos no fue un Spaghetti Western de
Sergio Leone. Fue un holocausto. Mis antepasados fueron esclavos.”
Lo cierto es que ni
Django Sin Cadenas es tan violenta
ni que lo que se muestra es inimaginable o que no haya sucedido. De hecho,
podríamos estar frente a la película más políticamente correcta de QT y más
cuidada, o responsable, si se quiere, en su uso de la violencia. Pero también
es cierto que ciertas escenas o situaciones tenían que ser mostradas de forma
cruda para poder entender la verdadera dimensión de lo que se está vivenciando.
Django Sin Cadenas transcurre en 1858,
dos años antes de la Guerra Civil norteamericana, dato significativo ya que nos
ubica social y políticamente en un contexto determinado donde la gente de color
era intercambiada como mercancía y utilizada como entretenimiento o como uso
servicial, es decir, y sin eufemismos, eran esclavos. Django (JamieFoxx), que
es trasladado como esclavo de una plantación de algodón a otra, es liberado por
el Dr. King Shultz (otra carismática interpretación de ChristophWaltz), alemán
y ex dentista, que se dedica al no tan noble oficio de caza-recompensas;
juntos, emprenderán un viaje desde el oeste hasta el profundo sur en busca de
la mujer de Django (Kerry Washington).
En esta primera
parte de la película, que es casi una buddiemovie, la dupla se dedica a
rastrear, cazar, matar y entregar a todos aquellos forajidos que huyen de la
ley a cambio de su correspondiente recompensa, impartiendo una especie de
justicia poética y salvaje a los racistas, esclavistas que se interponen a su
paso; como es el caso de Big Daddy, interpretado por irreconocible Don Johnson,
que es dueño de una plantación y, aparentemente, fundador del Ku-Klux-Klan, lo
que da pie a una hilarante parodia sobre el origen del klan y sus capuchas.
En el segundo tramo
de la película, nuestros héroes irán al encuentro directo de Calvin J. Candie,
el desagradable y violentísimo dueño de la cuarta plantación de algodón más
grande del sur de los Estados Unidos, interpretado por un frenético y neurótico
Leonardo DiCaprio.
Aquí es donde
aparecen los momentos que pueden suscitar mayor polémica o herir las
susceptibilidades del publico. Calvin Candie es un tratante de esclavos sádico y
cruel que usa a los negros de su propiedad como divertimento en lo que se
conocían por aquel entonces como las “mandingofights”(pelea de mandigo), es
decir, poner a pelear a muerte a dos esclavos. Este segmento de la película
incluye mujeres de color prostituidas, persecuciones de perros a hombres de
color, azotamientos y torturas varias. QT se defendió alegando que sería de
suma cobardía no mostrar estos hechos y que la única forma de mostrarlos era
“no pasteurizando ni minimizando” lo sucedido, que un viaje a este período
oscuro de la historia norteamericana tenía que incluir obligatoriamente estas
imágenes.
Pero QT, como sabemos,
no tiene ningún interés en mostrar rigor histórico; entonces, y como hizo en
sus últimas películas, decide darle voz y cuerpo a las minorías y darle rienda
suelta a sus fantasías vengadoras; es así que en Kill Bill Vol.1 y Vol.2
(2003, 2004), o en A Prueba de Muerte
(Death Proof, 2007), la venganza de
las mujeres ultrajadas y engañadas tomaba forma de película oriental o de película
de persecuciones de autos de los 70s, respectivamente; o que en Bastardos Sin Gloria (Inglourious Basterds, 2009) el ajuste de
cuentas (sangriento) por parte de los judíos durante el holocausto tome forma
de película bélica; y en esta, corra por cuenta de los negros esclavos en una
especie de western blaxpoitation (música funk, soul y rap incluída).
También, sería justo decir que
esta no es la gran película de QT, que es entretenida, tiene grandes líneas de
diálogo (marca de fábrica), mucho suspenso y altas dosis de violencia, pero se
la siente rígida, acartonada, rutinaria y, pecado, autoindulgente y demasiado
larga. QT ha ido perdiendo esa sensibilidad, ambigüedad, rugosidad e
imprevisibilidad de sus primeras películas, pero ha ganado estilo, seguridad y
desparpajo. Esperemos que ese amigo entrañable que nos ha enseñado a mirar
aquellos géneros bastardos con cariño y renovado amor vuelva a beber de las
fuentes de la inspiración. A propósito, la D es muda. Por Juan E. Tranier
Ficha técnica:
Título: Django Unchained, USA, 2012, 165’
Dirección: Quentin Tarantino
Guión: Quentin Tarantino
Producción:William Paul Clark, Reginald Hudlin, Shannon McIntosh, Pilar Savone, Michael Shamberg, Stacey Sher, James W. Skotchdopole, Bob Weinstein, Harvey Weinstein
Fotografía: Robert Richardson
Vestuario:Sharen Davis
Arte:Page Buckner, David F. Klassen, Mara LePere-Schloop, Suzan Wexler
Reparto: Jamie Foxx, ChristophWaltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Don Johnson, Jonah Hill, Michael Parks, Franco Nero, Quentin Tarantino
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